Las autoridades eclesiáticas abogaron por "no señalar con el dedo" a la mujer y resaltaron que el religioso "pidió perdón".
Un sacerdote de la ciudad entrerriana de María Grande dejó sus labores como vicario en una parroquia de esa población tras la confirmación de un embarazo de una joven con la que había mantenido una relación afectiva, tras lo cual desde la Iglesia abogaron por “no señalar con el dedo” a la mujer y resaltaron que el religioso “pidió perdón”.
El caso generó conmoción en María Grande, una comuna del departamento Paraná de 7600 habitantes, donde el sacerdote cumplía funciones desde fines de 2015 como vicario de la parroquia María Auxiliadora y esta semana fue apartado de sus funciones por el obispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari.
El sacerdote de la Parroquia, Ariel Folonier, destacó en diálogo con la prensa entrerriana que el vicario “pidió perdón” por la situación y “asumió que no puede continuar” en la Iglesia.
Folonier dijo que “es una situación muy dolorosa para los fieles, es verdadera y el padre como corresponde ya no continúa en la parroquia”.
“Lo primero que debe hacer el sacerdote es asumir la paternidad”, añadió y apuntó que “si después hay una familia, posterior a esto, o no, es otra cosa”.
En declaraciones a Canal 3 de María Grande, Folonier dijo que la mujer que está embarazada “es mayor de edad, no podemos decir su nombre ni de qué lugar es”.
En ese marco, Folonier pidió hacer “un llamado” a la comunidad para que, “en caso de saber quién es la otra persona, no la juzguemos, no la señalemos con el dedo, tengamos un sentido humanitario”.
El caso ha generado también un debate en la propia iglesia entrerriana y el exparroco de Villaguay José Francisco Domoulin señaló que “como es de esperar en la Iglesia de Paraná, todo se maneja en el más profundo silencio. Nada se dice. Ni oficialmente ni extraoficialmente”.